domingo, 27 de junio de 2010

Puedo

Y dejar de ser yo para ser el límite entre la carne y la nada (siempre inclinada al lado de la carne)
Y dejar de ser yo para ser el límite entre el ya y el nunca jamás (siendo todavía ya).

Puedo cambiar la percepción de mi cuerpo para sentir que lo que roza mi carne es la nada, que lo que me perfila en el aire es la heladora nada. Frente a ella, rozándola, mi carne es el ya, el movimiento. Si la roza mi carne puedo calentar su frío o contagiarme con él.

Pero para todo esto debo de dejar por unos instantes de ser yo con ojos, con pelo, con 48 años, con hijos, con una casa en el campo y con pánico a la nada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"...y con pánico a la nada".
y con pánico a la nada
y con pánico a la nada
y con pánico a la nada
y
con
pánico
a la
n
a
d
a